A continuación, exponemos una dieta básica equilibrada, que puede servir como modelo:
Dieta de líquidos
Bebe mucho, en cantidades pequeñas repartidas durante todo el día y entre comidas, un mínimo de 2,5 a 3 litros, entre agua y zumos de fruta, en una proporción de 2/1. Hay que evitar el café en lo posible, los refrescos con cafeína y gaseosas. Evitar la leche de vaca o no superar más de un vaso al día.
Desayuno
Fruta, zumos naturales, pan integral con aceite de oliva y tomate. Algo de queso (mejor fresco), frutos secos, malta, infusiones, achicoria. Leche de soja. Tortillas.
Almuerzo
Fruta, queso de oveja o de cabra, tomate con aceite de oliva, tortilla española o francesa, boquerones, etc.
Comida
Verduras crudas (ensaladas) y cocinadas, arroz integral y cereales integrales (en brotes), legumbres cocidas o en brotes (como lentejas, garbanzos, soja, etc.). Tofu, seitán. Pescado (mejor azul), carne de cordero (sin grasa) o de pollo de granja, pato o pavo, hasta dos veces a la semana. Huevos de granja, pero no fritos. Nunca carne de cerdo ni embutidos: como única excepción: jamón serrano de bellota. Patatas, fruta.
Merienda
Yogur con fruta, plátanos, frutos secos, infusiones
Cena
Más o menos como la comida, también sopas o hervidos de verduras, etc. Pan integral.